Programas Al Mal Tiempo Sevillanas

domingo, 25 de mayo de 2014

No le faltaba un perejil

A Pepe Peregil no le faltaba un perejil, era como decimos por aquí “muy completito”, ahora que estamos inmerso en plena vorágine primaveral, puesto que la primavera era una de sus estaciones preferidas, vamos a recordar a un tabernero de categoría y Saetero de los buenos, del que se decía que ¿reñía a los Cristo?, más quisiéramos muchos que nuestro Padre nos hubiera reñido cantando por Saetas!!

Peregil era un hombre bueno y eso hoy en día con la que está cayendo y con lo que vemos, escuchamos y leemos, tanto en televisión, radio, como en prensa escrita es cada vez más difícil. Ser bueno implica estar pendiente del prójimo, prestarse sin titubeos a los benéficos, sacar una sonrisa, facilitar y alegrar la vida a los demás y sin duda que Pepe lo conseguía con la naturalidad que él desprendía desde cada uno de sus poros.

¿Quién no ha visto a Peregil en un balcón cantando una saeta y acaparando con su poderosa voz la atención de todos? ¿Quién no le escuchó alguna vez en una calle de la Feria cantando por sevillanas? ¿Quién no lo divisó detrás de una carreta de Simpecao tocando las palmas? ¿o subido a un escenario contando algunos de sus chistes?

Pepe tenía en su “Quitapesares” sus libretas o cuadernos repletos de casos verídicos como los de Gandía y multitud de chistes y ocurrencias de donde después se han sacado como si fuese un exprimidor de zumos para escribir dos libros llenos de arte y simpatía.

El pasado 19 de marzo, Sevilla, su ciudad de adopción (él nació en Manzanilla-Huelva) le supo reconocer su entrega y dedicación por los demás, su ser y saber estar, y le brindó un monumento que en las prodigiosas manos de Navarro Arteaga ha quedado simple y llanamente como era él, apoyado en un respaldo y con la mano al frente, mano que lanzaba saetas, manos que redoblaron por sevillanas , manos que ayudaron al necesitado, manos que despacharon muchos chatos de vinos, manos que acariciaron a su gente, manos de las que hacen falta, de las que mueven el mundo, de las que suman, de las que se ofrecen, de las que dan, de las que animan…



Gracias Pepe Peregil por ser como eres y digo eres porque nunca te irás de entre nosotros, con ese monumento ya estás perpetuado en tu Plaza de Rialto por los siglos de los siglos, para reconocer que en Sevilla, no sólo los pintores, los toreros, o los escultores tienen su monumento, el tuyo es un reconocimiento a las buenas personas!!

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