Programas Al Mal Tiempo Sevillanas

domingo, 11 de mayo de 2014

¡Salve, sevillana!

Aquí podéis leer el artículo "La trastienda Hispalense" del Correo de Andalucía de esta semana de Feria con la firma de Pascual González, en él hay unas palabras dedicadas a este humilde seguidor del cante por sevillanas. Para mí es un honor enorme que una figura tan importante como es pascual haya dedicado un minuto de su tiempo a escribir sobre mi Pregón en la Asociación de los Amigos de las Sevillanas:







¡Salve, sevillana! Escrito por latrastiendahispalense 


Sevilla disfruta, un año más, por el Real de una Feria de Mayo, que para nada nos debe de importar que no fuera en abril porque en una semana, que hubiera habido entre el domingo de Resurrección y el Alumbrao, no nos habríamos podido quitar el olor a cera e incienso, así que para qué polemizar con abril o mayo si la Feria de Abril es una marca tatuada a fuego en todo el mundo, que la celebra -cada cual como puede y quiere- cuando mejor le venga a los intereses de sus promotores. Ayer, por ejemplo, inauguré y apadriné con los Híspalis la Primera Edición de la Feria de Abril de Tarraco, como así se llama la que Tarragona celebra en el antiguo coso de la Monumental, ahora bautizada como Tarraco Arena Plaza. Un coliseo sin paseíllos toreros al compás de Pepita Creus, sin las Veinte por Sevillanas de Mila Ortiz y sin pregón corralero de feria como el que nuestro particular Séneca del género, Francisco Javier Montiel, elevó a los cielos de Sevilla para que Paco Ruano siga presumiendo, en la feria de la gloria, de su Asociación Amigos de las Sevillanas, la que distinguió con la medalla de oro a nuestra Lola Triana, por su gran labor en el difícil género de los cuatro palos. Como dice la copla “chiquitita pero matona”, una luchadora incansable que se merece este homenaje al igual que nuestro respeto por su trabajo. Vaya un “OLE” para ambos, pregonero y artista, tan grande como la catedral a la que cantan mis ahijados de Almorada que, desde Escacena, hacen encajes de bolillos para triunfar en este mundo, tan humilde como universal, de las sevillanas. Y en Triana, soniquete de martillo y martinete, y en Huelva serías el mar, y en Sevilla, la Giralda juntito a la catedral… Estribillo que enamora a la “más pintá” de las flamencas que mueva sus brazos al compás de la vieja danza de Sevilla.
La que nació descendiente de una grandiosa familia de trovas y cantos, de música de lejanos confines y de pastoreñas dulzainas, de composiciones de los grandes padres de la solfa y de sencillas serenatas donjuanescas… Una preciosa niña morena como la tierra y alegre como su gente a la que, por obra y gracia de Dios, bautizaron en las aguas del Guadalquivir con el nombre de SEVILLANA.
¡SALVE, SEVILLANA! El pueblo andaluz, en tus enaguas de fuego, baila, danza de amores, coplas, coplas del pueblo, danza. 
Firmado: Pascual González



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