Escribió Joaquín Caro
Romero, uno de los más ilustres pregoneros que ha tenido la Semana Santa de
Sevilla en su pregón del año 2000, un romance dedicado a la Esperanza Macarena
donde se incluía esta estrofa:
Se
va un siglo y viene otro
Pero
ella siempre se queda…
Eso mismo lo podemos
trasladar a esta legendaria formación llamada “Los Romeros de la Puebla”:
Se
va un grupo y vienen otros
Pero
ellos siempre se quedan…
Porque “Los Romeros de
la Puebla” siempre quedarán en la memoria colectiva de los buenos aficionados
al cante por sevillanas.
Si hay un número que
identifique a los Romeros es el número cinco y con el cinco le diremos:
CINCO ESTAMPAS TAN SUREÑAS /
CINCO ESPIGAS DE ARROZAL /
CINCO VUELOS DE CIGÜEÑA /
CINCO POTROS SIN DOMAR /
CINCO NOTAS, CINCO SONES, QUE SE UNEN
AL CANTAR/
CINCO TALLES DE ZAHONES/
CINCO ESPUELAS PLATEAS /
CINCO LUNAS RIBEREÑAS ESPERANDO
CAMINAR /
CINCO ESTRELLAS MARISMEÑAS ASOMANDO EN
EL PINAR /
CINCO HUELLAS EN LA ARENA QUE EL
SOLANO ACARICIÓ /
CINCO
HERMANOS QUE EN EL QUEMA LA CORRIENTE BAUTIZÓ/
CINCO LLAMAS DE UNA HOGUERA /
CINCO TOQUES DE TAMBOR /
CINCO COPLAS ROCIERAS /
CINCO VELAS DEL CAJÓN /
CINCO VOCES QUE MECIERON /
UNA CUNA CIGARRERA ANDANDO POR LOS SENDEROS
/
Y MIENTRAS LA VIRGEN QUIERA /
¡CINCO SERÁN LOS ROMEROS!
He querido rescatar de
la larga, exitosa y extensa carrera artística del grupo más importante y
laureado de la historia de nuestro cante, esta letra de los Hermanos Martínez
Bizcocho porque nos narra con todo lujo de detalles los sentimientos de
estos cinco amigos Rocieros.
El que fuera jugador de
fútbol y más concretamente del Sevilla José Manuel Moya, y a la postre el mejor
compositor musical que ha tenido nuestro género, tras su prematura retirada del
fútbol por problemas de “salud”, regenta una pequeña taberna en su pueblo
natal “La Puebla del Río”, dicha taberna, tenía un soberao donde se sembró una
semilla, semilla que en 1967 germinará dando un fruto como “Los Romeros de la
Puebla”, conjunto formado por José Manuel Moya, Juan Díaz, José Angulo y los
hermanos Faustino y Manuel Cabello, formación que siguió inalterada desde sus
inicios hasta su retirada, consiguiendo una trayectoria nada más y nada menos
que de 45 años de actividad artística y musical.
Los Romeros de la
Puebla siguieron la estela iniciada por los pioneros de las sevillanas que eran
"Los Hermanos Toronjo" y "Los Hermanos Reyes",
convirtiéndose por su calidad en santo y seña de los grupos de sevillanas.
Sobre sus excelentes
voces, cabe destacar sobre todo la de Faustino Cabello, capaz de interpretar cualquier
palo del flamenco e incluso las saetas con gran maestría, es una de las más
prodigiosas voces que han cantado por sevillanas.
“Romeros” es el único
grupo de sevillanas que nunca ha incluido en sus trabajos anuales “ordinarios”
otros cantes que no sean Sevillanas, salvo algún pasodobles.
Y en sus casi 500
sevillanas grabadas podemos decir a modo de rápido resumen, que al menos 200
están dedicadas al Rocío, más de una veintena a la Semana Santa, sobre un
centenar de temas dedicado a Sevilla y el resto de las composiciones al mar, al
campo y al amor y sus vertientes.
Sin lugar a dudas nos
dejan un gran legado estos “Maestros de las sevillanas”, que pueden presumir
que la mayoría de los componentes de de todos los grupos que han existido y
existen, se declaran fervientes admiradores y auténticos Romeristas.
También os puedo decir,
que los Romeros de la Puebla son: timón, luz, camino y ejemplo para todo el que
quiera iniciarse en esta cante tan ingrato en muchas ocasiones y muy
satisfactorio en otros tantos.
Escuchando a “Los Romeros”, romperemos la promesa y
abriremos el viejo arca para colocaremos los zahones y el sombrero,
desandaremos las vereas en una mañana de Mayo, detendremos el tiempo en una
para en el camino con el abuelo y los rocieros ausentes, que nos llevaran a un
Rocío de hace mucho tiempo ya, hablaremos con la candela en el camino de vuelta
y aunque todo termina en la vida, por una mala partía, más de cuatro veces las
fantasías están en los rincones del sueño, en los sueños donde Sevilla tiene
algo, o el cántaro se rompió sobre los cristales y con una carta a Manuela le
diremos abrázame y no te olvidare.
Eso mismo le decimos
nosotros ahora: No os olvidaremos nunca y ¡¡Medalla
de Andalucía para los Romeros de la Puebla!!
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